SACA LA FLAMENCA QUE LLEVAS DENTRO #SACALAFLAMENCA – 4

Se iba a celebrar el día de Andalucia en un hotel de lujo de Madrid, donde actuaría la cantante más famosa en su género que ha tenido España.

Un guitarrista que siempre actuaba con ella, y que en esos momentos trabajábamos mucho juntos en giras por el mundo, me llamó para ver si me interesaba buscar a diez bailarinas, para montar la coreografía del tema principal del espectáculo.

Quedamos en el chalet de la Poderosa para conocernos , firmar el contrato, y hablar del vestuario etc.

Cuando me dijo que las niñas tenían que llevar una montera de torero, ¡con lo mal que quedan! Le dije que no había problema, pero que yo era la coreógrafo y bailarina principal y que llevaría un sombrero cordobés. A la Diva no le hizo gracia mi contestación pero noté que me miro de una manera que nunca antes una mujer me había mirado. Exactamente igual que como te mira un hombre. Aunque al estar casada y con su marido delante, pues no le di importancia.

Yo siempre he cobrado por adelantado y esta vez éramos once y tenía más responsabilidad.

Pero el guitarrista me dijo que no me preocupara que después del show, el hermano de la Poderosa me pagaría sin ningún problema.

Después de actuar estuve esperando más de una hora a que todos los invitados, amigos, prensa y TV etc salieran del camerino , llamé a la puerta y el manager me abrió. Yo esperaba ver el sobre en la mesa con la cantidad acordada en el contrato, pero mire alrededor y no vi nada. Cuando la Poderosa se chupo el dedo meñique, se lo metió en la nariz a su hermano para ver si tenía restos de sustancias, que por supuesto encontró por el gesto que puso, y le invitó a salir del camerino y dio órdenes de que se quedará en la puerta y de asegurarse de que nadie entrara ni molestara. Yo me quede alucinada y no sabía que hacer, porque quería cobrar y las bailarinas estaban esperándome.

De repente la Poderosa sentada en su trono , se gira hacia mi y me pregunta si me gustan los vestidos que había colgados. Le dije que sí y mientras se acercó a mi, de un modo intimídante me dijo que me los probase para regalarme uno.

Me acarició el cuello, intentó besarme, me dijo que me desnudara que no iba a entrar nadie y que después ya podría irme a su casa con ellos, que su marido estaba toreando y que allí mismo me pagaría su manager.

En ese momento fríamente saqué la flamenca que llevo dentro y muy suavemente le retire el pelo del cuello diciéndole al oído de diva a diva ; Primero págame , que yo se que aquí está el sobre con el dinero de las niñas que están esperándome fuera y no conviene que lo sepa nadie … vuelvo en un minuto y luego me desnudo y te voy a hacer la mujer más feliz del mundo primero aquí y luego en tu casa.

Sorprendentemente le gustó tanto como se lo dije, que sacó el sobre de su bolso, me cogió la mano con la fuerza de un hombre, y me amenazó diciendo que si no volvía no volvería a bailar.

Por supuesto ¡nunca volví!. Nunca se lo dije a nadie una vez más, por miedo a que no me creyesen y que se viese afectada mi carrera artística.

CONSEJO: A veces es mejor hacerles creer que vas a pasar por el Haro, especialmente si hay alguien en la puerta vigilando y estás en una encerrona. Para poder salir corriendo.

HOY EN DÍA: Hubiese tenido mi móvil en silencio y en modo vídeo y grabado todo para denunciarlo a los medios de comunicación.