Esther Ponce Magazine

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LA BAILARINA Y EL DIPLOMÁTICO

BIOGRAFÍA

Tres años llenos de aventuras surrealistas, a un ritmo frenético y de éxito en Los Ángeles , California 

LA PROPOSICIÓN INDECENTE DE ILYA SALKIND, PRODUCTOR DE “ SUPERMAN” CENANDO EN CANTER’S.

No se si será porque tengo  ricitos de rabina y mi nombre es hebreo, Sarah Esther,  pero casi todo el mundo que conocía daba por hecho que era judía o me lo preguntaban. Yo siempre había tenido la sensación de que al haber nacido en España y tener las tres culturas, alguno de mis antepasados sería Sefardí, ya que sentía una atracción muy especial hacia ellos. Ryan era judío y cada vez me gustaba más estar a su lado. 

Cada Martes después de clase, Sofía y yo íbamos a tomar cócteles de manzana y cosmopolitan al  bar The Dime, un sitio pequeño, bastante oscuro y frecuentado por surfers a cada cual más guapo y además de origen judío. 

Lo que empezó siendo la anécdota de un Martes, se convirtió en un juego que nos fascinaba…al segundo cocktail ya no nos despegaba nadie de la barra, donde de vez en cuando el camarero echaba un chorro de vapor de agua que nos empapaba y era la señal del comienzo. Si el surfer que se acercaba a pedir a la barra, yo no me movía y dejaba que se echase disimuladamente encima de mi, Sofía ya sabía que era el elegido y por lo tanto antes de marcharme con él a seguir la fiesta en Malibú, le pediría como buena abogada y protectora de su maestra, su ID para verificar su dirección, tenerle controlado y con intuición femenina, mientras le echaba una ultima mirada a sus enormes  músculos, dar el visto bueno. Ese momento me encantaba, el surfer la miraba y se ponía serio, luego me miraba a mí y me cogía de la cintura para que no me escapase y yo era feliz de ser libre como el viento y de por fin empezar a vivir sin dar explicaciones a nadie. 

O eso creía yo, porque Paul que no aguantaba sin saber de mi durante tanto tiempo, se encargaba de dejar su trabajo y conducir durante hora y media en el famoso tráfico de L.A. para recogerme al día siguiente de la casa del yogurin y decir con cara de pocos amigos : ¡Hueles a sexo!. 

Durante el camino de vuelta le dejé muy claro que no estaba preparada para volver a enamorarme, que era obvio que sus sentimientos hacia mi eran más que de un amigo, que no era correspondido y no quería hacerle daño, pero que no iba a consentir que nadie cortase mis alas y mucho menos quedar como la mala de la película y que cuando terminase el contrato de alquiler me gustaría vivir sola. 

En una de las fiestas que daba el Cónsul en su residencia, conocí a Ilya Salkind, el productor de la película Superman, de ascendencia ruso -judía. 25 años mayor que yo, y mexicano de nacimiento. Estaba en un momento que todas las personas que conocía tenían que ver con la cultura judía. Para mi era como un sueño hablar con alguien tan importante dentro de la industria del cine y cuando me invitó a cenar, no dude en aceptar. Me recogió una limousine y me llevo a Canter’s, un restaurante enorme del 1931 donde van las estrellas del cine y las celebrities, abierto 24 horas y qué casualidad que Justo estaba enfrente de mi bar favorito, The Dime. Ofrecen comidas tradicionales judías pero no está considerado Kosher ya que también sirven bocadillos de jamón. Mientras degustaba la que se convertiría en mi comida preferida para las resacas matzoh ball soup, Ilya Salkind me dejaba con sus alucinantes historias con la boca abierta perfecta para la siguiente cucharada. Me contó la anécdota del porqué mi actor favorito Paul Newman, había rechazado el papel de Superman, de la polémica del despido del director de Superman II Richard Donner y de sus tres matrimonios, el último con la hija del mítico Charlie Chaplin, Jane Chaplin. 

Cuando Ilyan llamó a su chofer pidiendo que rellenara el bar de la limousine con Champagne y dando por hecho que nos recogería a los dos para llevarnos a su mansión de las afueras de L.A, mientras me decía, no te preocupes por nada que por la mañana te llevará de vuelta a tu casa , como si yo estuviese obligada a aceptar solo por el hecho de ser quien era, me empecé a sentir muy incomoda, pensé que como había sido tan ingenua de no darme cuenta de sus intenciones y me fui al aseo a llamar a Ryan quien me rescataría como un héroe y como ya habíamos terminado la website, fue el momento perfecto para irnos a Lola’s a tomar mi ansiado cocktail de chocolate y si has leído el capítulo anterior, ya te puedes imaginar el romántico final. 

¡NO TE PIERDAS EL CAPÍTULO 15!

Mis nuevos íntimos amigos, el Director de la oficina de turismo de España y su marido .

Sesión de fotos en el Hotel Milleniun Biltmore de L.A.

La ciudad se ha apagado

se ha qudeao dormia

El beso de mis volantes

La noche lo merecia

Tengo que decirle na mas que lo vea

Que descubrí el amor amando a  su manera

Me gusta de esa forma porque no se rinde

Me ama en silencio y nadie lo percibe

Solo yo se