En casa de Maria cada vez estaba menos tiempo , últimamente me quedaba mucho tiempo sola con su marido y no me sentía muy cómoda. Un día después de cenar, me dijo que le dolía mucho la espalda y que sí le podía dar un masaje. Yo ya le había contado que al ser primera bailarina y exponerme a muchas horas de ensayos y también en los escenarios, que siempre tenía un masajista a mi disposición y que aprendí mucho de ellos porque les preguntaba y me interesaba por conocer cada músculo del cuerpo . Por lo que pensaría que yo le quitaría el dolor y además gratis, porque incluso ganando mucho dinero, era de los que se llevaba al Festival de cine Español la tortilla de patata en un taper… pero estaban haciendo mucho por mí y me supo mal decirle que no, le pregunté que donde quería que se lo diera, me dijo que en el sofá era muy incomodo y que mejor en su cuarto. Cuando me vi encima de él sin camisa, en la cama de matrimonio, pensé en Maria y me acorde de los refranes de mi madre; no hagas con los demás, lo que no quieras para ti…incluso llegue a pensar que era una trampa y que Maria había puesto una cámara en su cuarto, por lo que hice mis maletas y me fui a casa de Paul que es donde daba clases a las alumnas que querían seguir estudiando conmigo cuando estaba en LA. Enseñaba en un trastero en la parte de atrás de la vivienda que acondicionó para mí el padre de Paul, con espejos y suelo de madera . Allí mismo había una habitación muy grande con su baño, donde guardé durante años mi ropa y me quedaría allí solo unos días hasta volver a España.
El único problema era que no podía salir a caminar como en Beverly Hills , porque era un barrio de negros y latinos bastante conflictivo.
Estar allí me hizo pensar en mi llegada a LA y en el agobio que sentí cuando no se podía salir del país para ir a ver a mi hermano que había tenido un accidente muy grave y estaba luchando entre la vida y la muerte. Mi hermano era surfista de toda la vida, pero desde hacía un tiempo se había metido de lleno en practicar el kitesurf, incluso llegó a entrenar a la primera niña de 13 años , que luego fue campeona de España. Un día en Denia, una ráfaga de viento fuera de lo común , le empujo tan fuerte que lo saco fuera del mar y se estrelló contra la montaña reventándole varios órganos. Salió en los periódicos, le operaron y gracias a Dios sobrevivió.
Rafael Amargo me llamó para ofrecerme estar durante unos meses como artista invitada en su nuevo espectáculo en el Teatro Alcazar de Madrid y me venía genial porque justo esos meses William seguiría en Iraq y porque ya era hora de retomar mi carrera en España.
El contrato, nunca mejor dicho, fue el más amargo de mi vida. Era como estar en una pesadilla continua. Ya en los ensayos podía sentir la envidia de todas las hienas que estaban deseando verme fallar. Como artista invitada, ni siquiera pude elegir la música para mi coreografía. Juan Parrilla que era el Director musical estaba a las ordenes de Rafael y se pusieron de acuerdo para que mí solo, por “Solea”, no tuviera ninguna subida de ritmo ni nada comercial que pudiese arrancar un aplauso del publico. Mi camerino tendría que estar de los primeros y al lado del Director, pues me lo pusieron el último , al final de un interminable pasillo , ¿ para que nadie viniese a saludarme? …El camerino del Director musical que venia vestido de casa , que no sé maquillaba y que no tenía tres cambios de vestuario como yo, era cuatro veces más grande que el mío . Para la rueda de prensa que se hace antes del ensayo general, el artista invitado tiene que estar sentado en el centro de la mesa, a mi me dijeron que me esperase en el camerino, que ya me avisarían antes de empezar. Nunca me avisaron y cuando salí para ver qué estaba pasando, la rueda de prensa ya había terminado.
Mi madrina, Doña Esther Prieto, había trabajado visionando ballets en la 2 de Televisión Española durante 25 años y no se quiso perder el ensayo general para como siempre , darme sus consejos. Conocía a Rafael de cuando le llevé en mi compañía para el certamen de coreografía.
Mi “Solea” estaba inspirada en su padre, mi padrino, el que fuera Director del Museo Contemporáneo de Madrid, Don Julio Prieto Nespereira y sacaba una sombrero que él mismo me regaló ,de cuando fue director de la Escuela de Bellas Artes de La Habana y tenía que aparecer en el centro del escenario en el suelo, con un cañón de luz iluminándolo. Antes de mi actuación, venia el tramoyista a mi camerino a recoger el sombrero, para que estuviese todo listo para cuando yo saliese a escena ya apareciese en el suelo en su foco de luz. Pero llegó mi momento y el sombrero no estaba en el suelo, detuve el ensayo y Rafael gritando como una loca desde el patio de butacas, me dijo que siguiera bailando que no tenía importancia, le dije que por supuesto que tenía importancia, que la coreografía era con sombrero y que no seguiría hasta que apareciese el sombrero. Además de que no era un sombrero cualquiera de atrezzo que lo utilizaban todos, si no que era un objeto con mucho valor personal. Cuando inesperadamente Rafael se subió al escenario y con el micrófono en la mano , seguía gritando para que todos lo escucharan bien, mientras decía que yo no era la única que había nacido entre sabanas de seda, que él también era marqués y que o seguía bailando o que me fuera a mi casa. Mi madrina, una señora super educada, que estaba también en el patio de butacas, se quedó sin palabras, asustada de lo que acaba de presenciar. Yo salí llorando a buscar mi sombrero, el que por sorpresa apareció de repente en el suelo. Termine de ensayar y me fui aterrorizada y decepcionada al camerino pensando si merecía la pena seguir. Siempre había tenido envidias en todas las compañías desde muy jovencita, pero esto era ya ¡bullying! …al entrar en mi diminuto camerino, encontré un ramo con dos docenas de rosas rojas de parte de William, una docena por cada mes de contrato y un ramo departe de mis padres de rosas blancas con una nota que decía; hija, baila con ese arte y esa sensibilidad que Dios te ha dado, y para todos los que te queremos.. tu elegancia es innata y el publico lo sabrá reconocer, ¡ mucha mierda! Los demás ramos se tuvieron que quedar fuera porque no cabían.
La gente de las primeras butacas se levantaba y se iba del teatro, yo nunca había visto eso en ninguna compañía, salían diciendo que era insoportable el ruido estridente de los pies, super fuerte y continuo y desde el principio y que todos los números eran iguales. Cuando salí yo, todo tomó otro color, la gente aplaudió durante largos minutos dándome las gracias por no zapatear como los salvajes, por no hacer ruido sino música con los pies, por los silencios, por dejarles escuchar la música y por la elegancia. Cuando terminó el show, además de mi familia y amigos, mucha gente pasó de largo y sin entrar por el camerino de Rafael , cruzó el largo pasillo para felicitarme. Entre ellos, Enrique del Pozo, un cantante que se hizo famoso gracias a mi padre y quien en ese momento representaba artistas para ir a programas de TV , y me dijo; Querida, eres lo mejor del espectáculo , si tienes problemas, que los tendrás, avísame , y me dio su tarjeta.
Al día siguiente, el padre de Rafael y el manager, me dijeron que ya no era necesario que volviese al teatro que iban a quitar mi número del show, porque sé hacia muy largo y no había gustado a la gente. El padre me conocía y a mi familia también , le dije que no podía hacer eso, que tenía un contrato firmado por dos meses y que le denunciaría , que cada día me pondría en la puerta para esperar a la prensa y decirles el bullying que estaban haciendo conmigo desde el principio, además de contarles al detalle como le ponían oxigeno a su hijo para poder bailar porque llegaba de fiesta directo al teatro sin dormir y con varios gramos de cocaina en las venas , sin olvidarme de luego ir a la policía para informarles de las sustancias que traía para traficar con sus bailarines y músicos en el teatro. Seguí bailando para mis amigos, para mis alumnos, para mis invitados que llevaban años sin verme bailar, para el publico en general, pero el sombrero nunca estaba en su sitio, me hacían sufrir hasta el último segundo para que no saliera relajada… pero en vez de hundirme, me daba más fuerzas y bailaba mejor y más me aplaudían.
Llegó el día de cobrar y cómo era de esperar, no me pagaron…era el momento de dejar la compañía.
Llamé a Enrique de Pozo y me ofreció llevarme a un programa muy famoso de Antena 3 TV “ Donde estás corazón” y contarlo todo. Quedamos en el parque de Juan Carlos I de Madrid para hacer un video de promoción, en mi adorada bola de metal del arquitecto japonés Bukichi Inoue. Los cámaras cuando se dieron cuenta que tenían que subir una cuesta super empinada durante un kilometro, me dijeron que esperaban que fuese por lo menos tan buena bailando como Sara Baras , yo les dije que era mucho mejor y cuando terminamos me preguntaron si había que subir otra cuesta que estaban encantados conmigo. Ahí mismo firmé el contrato.
Ya en el programa de TV, los periodistas eran peores que las hienas de la compañía de Rafael, me atacaron y me intentaron humillar y para colmo, Enrique del Pozo nunca me pagó lo acordado.
SANTORINI…Estaba deseando llegar al mar Egeo y ver a William, desconectar de toda la pesadilla, descansar en esa maravillosa isla y a poder ser , convertirnos en delfines como cuenta la historia. Jamás había visto tantos gatos juntos , eran los dueños de la isla. Lo más bonito de Santorini es que todos los restaurantes dan al mar, es una calle muy larga, hasta llegar a una ermita y a cada lado el mar. Estuvimos una semana de ensueño y nos fuimos a otra isla.
HIDRA… situada entre los golfos de Sarónico y Argólico. Donde no existen los coches y solo hay burros para llevarte de un lado al otro de la isla. Todos los días íbamos a una terraza anclada en una acantilado de cuento, y disfrutar del mejor espectáculo del mundo, el famoso atardecer que atraía a millones de turistas, que como tradición, justo después de ponerse el sol se tiraban al mar , incluido William, yo prefería quedarme seca, con una copa de vino blanco griego que tiene una sabor muy especial y aprovechar que como con el café de Roma, es en el único sitio donde lo puedo beber, en los demás países me da dolor de cabeza.
La última noche, reservamos mesa en un restaurante mirando al mar Egeo , me llamó mucho la atención porque era todo blanco, los camareros vestían de blanco, las paredes eran blancas, la mesa y las sillas blancas, los manteles blancos, las flores blancas. Por un momento pensé que estábamos en el cielo. Reinaba la paz y me sentía super enamorada dando una paseo por las nubes y se me ocurrió compartir con William lo que estaba sintiendo en ese momento; ¿ y si era el momento de ser madre ? Le pregunté que si creía que llegaría el día de dejar de tomar la pastilla anticonceptiva , que una bailarina nunca ve el momento de ponerse gorda y dejar de bailar, pero que llevaba bailando y recorriendo mundo desde los 15 años de edad, que estaba enamorada de él, que tenía ya 36 años, y no quería que se me pasara el arroz , como decimos en España. Pidió una botella de champagne y me dijo que tenía que seguir tomándola, pero que de momento podíamos elegir el nombre del bebé.
Fue muy romántico , yo le dije que estaba convencida de que seria un chico y que quería que se llamase como él y como mi padre. Brindamos y esa noche fue una de las más felices.
Volvimos a ESPAÑA a MALLORCA …estuvimos en un restaurante donde todos los muebles eran antigüedades de colección , un casa particular donde cada mesa tenía su propia chimenea, se escuchaba opera y toda la decoración era a base de cestas en el suelo con frutas y flores por todos lados de las más bonitas y todo natural, las cambiaban a diario, increíble ese lugar…el hotel estaba al lado y caminado por la calle, me encontré con un bailarín que me reconoció, —¡ que casualidad! le dije. Me dijo que estaba trabajando de relaciones públicas en una discoteca , Nikki Beach, sin duda la más famosa de Palma de Mallorca y me dio su número de teléfono por sí queríamos ir . William prefirió volver al hotel y le dije que a lo mejor iríamos por la mañana al Brunch. Estábamos hablando y riéndonos en la habitación cuando William me preguntó que para quién trabajaba, se pensaba que era una espía o algo así , le dije que tanto alcohol le estaba haciendo ver alucinaciones y que nos fuésemos a dormir, pero nuca olvide esa pregunta. Al día siguiente fuimos al impresionante brunch en Nikki Beach y cuando nos preguntaron en la puerta cuántos éramos y nuestros nombres , les dije que éramos dos, La bailarina espía y el Diplomático.
Seguimos viajando por el norte de España y yo seguía pensando en sí de verdad estaba preparada para ser madre y si William sería el padre idóneo, pero estaba enamorada y podía más el corazón que la razón . Llegamos a SANTANDER …a la paya de Somo para comer los exquisitos mejillones Tigre con bechamel que William probaba por primera vez. Después visitamos SAN SEBASTIAN …deseando cenar en la playa de la Concha en un restaurante con tres estrellas Michelin que habíamos reservado con meses de antelación y degustar los mejores mariscos y pescados frescos del Mar Cantábrico.
Cogimos un vuelo y nos fuimos a LAS PALMAS DE GRAN CANARIA …a surfear , allí coincidimos con mi hermano Daniel y una chica con la que llevaba saliendo poco tiempo y que yo todavía no conocía, las volvía locas a todas y esta estaba totalmente trastornada. Por la noche quedamos en un bar y bebimos tanto que terminamos cantando una y otra vez agarrados todos de los hombros y en circulo; bye-bye, Miss American Pie…this´ll be the day that I die…casi perdemos el vuelo a LANZAROTE… la isla era como estar en la luna, todo gris, lleno de piedras volcánicas negras, menos mal que nos hospedábamos en el hotel Melia Salinas donde el escultor y pintor Cesar Manrique diseñó unos jardines colgantes espectaculares que te adentraban en una flora salvaje y exótica que te hacían pensar que estabas en otro país.
Fuimos a una zona de la isla donde están las mejores olas , Famara y William estuvo toda la mañana surfeando, yo me quedé mirando a los surferos y acordándome de los Angeles y nuestra aventuras cada martes con Bandolery en el bar Dime…
Llegamos al hotel nos duchamos y cosas de la vida, cuando William ya se había acostumbrado a echar la siesta y luego dormir la siesta como yo quería, fui yo ese día quien directamente me eché en la cama a dormir la siesta, pensando que William estaría super cansado, pero al final tuve que echarme primero la siesta con él y luego dormir.
Por la noche ocurrió algo mágico , estábamos en la terraza de la habitación mirando al mar y William empezó a tirar por encima de la barandilla , los m&m de los colores que no quería y tuvo que parar porque caían en el techo de un observatorio que no sabíamos que estaba. Enseguida llamé a recepción para preguntar si estaba abierto y tuvimos suerte porque ya se iba el chico y nos hizo el favor de poder visitarlo. Estaba tan emocionada como una niña pequeña, en la cúpula había un telescopio enorme y el chico nos dijo que era la noche perfecta para ver en el firmamento, la Osa mayor , la Osa menor, la Estrella Polar, los anillos de Saturno…fui la primera en observar las estrellas y el chico nos iba explicando lo que veíamos, cuando super emocionado me dijo; — ¡ Mira que suerte tienes! estas viendo ahora la estrella que más brilla ¡ es Sirio! Pertenece a la constelación de Orion, Cuando William quiso mirar, ya no estaba y yo me salí fuera para ver el cielo tan maravilloso lleno de estrellas. Buscaba a mí Xana mi abuela, a mi abuelo mi héroe, cuando empece a gritar —¡ una estrella fugaz! ¡ silencio! , ¡silencio,! que voy a pedir un deseo…
William volvió a Iraq y yo me fui a ROMA… a impartir un cursillo intensivo de flamenco de una semana, que organizó una maestra que estudio conmigo hacia muchos años y que en mi anterior visita a Roma, me había encontrado en un concierto.
Parece que la racha del bullying me perseguía, la maestra reunió a 10 de sus alumnos para tomar el cursillo, pagaron todos el curso completo y estudiaron sus primeras dos horas , se quedaron encantados y nos despedimos hasta el día siguiente. Cuando llegue a la escuela, esperé en el estudio y no había llegado nadie, pasaron 30 minutos y seguía sola, llamé a la maestra y tenía el teléfono apagado y nunca más contestó a mis llamadas . Pregunté en recepción y me dijeron que a esa maestra no la conocían de nada, que allí no daba clases como me había dicho, y que reservó por teléfono el estudio solo para dos días. El mundillo de los aficionados al flamenco y sus inseguridades tiene muchos lados oscuros, pero a mí jamás me habían faltado el respeto así . Lo que no sé es como se atrevió esa loca a desafiarme, ¿no tenia miedo de volver a encontrase conmigo? , y aquí viene un dicho más de mi madre, esta vez sacado del Quijote ; ¡con la iglesia hemos topao Don Sancho!
No le dije nada a mis padres y me presenté de sorpresa en VALENCIA…mi madre nada más verme me dijo que estaba muy guapa, diferente, con un brillo especial en los ojos…le conté mi idea de querer ser madre, que lo había compartido con William y toda la conversación que tuvimos sobre dejar de tomar la pastilla. Le pedí su consejo y su bendición, me dijo que era un paso muy importante y necesario habérselo comentado para saber si él sentía lo mismo que yo. Que en esos casos, un hombre sí no quiere ser padre, en el primer momento que la mujer se lo game saber, hubiese salido corriendo, hubiese terminado la relación y no hubiese seguido manteniendo relaciones conmigo. Pero como nada de eso había pasado, que no me preocupara y que pensara que William todavía estaba en un país en guerra y que todo tenía su momento en la vida. Y que mi viaje a Los Angeles lo tenía en dos semanas.
Era la semana de las Fallas y no parábamos ni un minuto en casa. Don Carlos Carbonell, suegro de mi tía Carmen, hermana de mi madre, fue el arquitecto que diseñó el Ayuntamiento de Valencia y teníamos un balcón desde donde veíamos por el día a las dos en punto la “ Mascleta” que son los disparos pirotécnicos que duran 5 minutos y se llena la cuidad de pólvora y por las noches a las doce los fuegos artificiales.
Era 19 de Marzo el último día de las Fallas, San José , día del padre y por la noche se celebra la “ crema” que es cuando se queman todas las fallas de cada barrio de la ciudad y valencia entera arde en llamas. Mi hermano Daniel había venido de Madrid para estar con mi padre y cuando me vio me dijo que dejara de comer jamón porque estaba engordando. Estábamos a punto de salir para el ayuntamiento y ver la última “mascleta”…mis 3 primas, hijas de mi tía Carmen, que vivían justo al lado, en un edificio también diseñado por su abuelo y donde en cada piso vivía una hermana, estaban esperándonos allí. Mi hermano se fue con mi padre para no llegar tarde y ya iríamos mi madre y yo luego.
Mire a mi madre y las dos pensamos lo mismo, ¿Cuándo tenía que venirme la Vaca Tomaka?, rápidamente miré el calendario y llevaba 8 días de retraso… como tenía los mismos síntomas de cuando te va a bajar el periodo, no le di importancia. Pero mi madre me miro el pecho y me dijo; —Nena, vamos urgentemente a la farmacia a comprar un test de embarazo. —Pero mamá , ¡ no puede ser! No puedo estar embarazada, es imposible, no he dejado de tomar la pastilla ni un solo día y no creo que sea la Estrella Fugaz que haga realidad el deseo que le pedí …— Ahora recuerdo que cuando tú naciste yo se lo había pedido a una estrella fugaz me dijo mi madre.
No tengo palabras para explicar lo que se sentí mientras esperaba el resultado, la de cosas que se me pasaban por la cabeza, los temblores, la responsabilidad , el miedo…no fui capaz de mirar el resultado, pero quería asegurarme de que lo que terminaba de decirme mi madre no era una broma…esas dos rayitas moradas se me tatuaron en el alma para siempre. ¡ Estaba embarazada! Nunca cogí ese vuelo a Los Angeles.
Cuando se enteró Paul, en vez de felicitarme, dejó de pagar lo acordado mensualmente y me quedé con un una deuda de miles de euros al mes…dijo que había estado años esperándome y desapareció del mapa, nadie pudo encontrarlo. Hoy en día , sigue desaparecido.
Vendí el ático que había comprado en Denia a un productor de televisión que en vez de firmar un contrato nos dimos la mano como hacen los judios y eso me encantó. Me hizo pensar en el error histórico tan grande que había cometido España en el 1492 y todo lo que perdieron, y valore una vez más todo lo que había conseguido en la vida y como bien dicen los judios; Todo lo que se puede solucionar con dinero, no es un problema, es un gasto.
William seguía en Iraq, al darle la noticia por teléfono, su reacción fue tan surrealista, que he aquí el último dicho de este libro; Cuidado con lo que deseas…
FIN.